Lleva tu juego de patatas al siguiente nivel con estas deliciosas Patatas bravas ¡! Estas crujientes patatas fritas están bañadas en una salsa picante y ahumada y cubiertas con un cremoso alioli de ajo. Si te gustan las patatas, ¡no puedes dejar de probarlas!

En primer lugar, tengo que admitirlo. No me suelen gustar mucho las patatas. Claro, me gustan las patatas fritas tanto como a cualquiera… pero no me vuelven loco las patatas. Normalmente.

Pero hay algo en estas Patatas Bravas que es diferente. Literalmente, no me canso de comerlas. Entre las patatas perfectamente crujientes y la deliciosa salsa ahumada… son 100% adictivas. ¿Y cuando le añades alioli de ajo casero? Soy un adicto total.

La primera vez que probé las patatas bravas fue en un restaurante de tapas hace unos 20 años. Me enamoré al instante y, desde entonces, no he dejado de pedirlas. Pero también quería probar a hacerlas en casa, ¡para poder disfrutarlas siempre que quisiera! Y me alegro mucho de haberlo hecho.

Es una de esas recetas que sólo parecen desalentadoras… hasta que las pruebas. Y una vez que te das cuenta de que es esencialmente patatas fritas con una salsa casera simple, GAME ON.

Y cuando digo que la salsa es sencilla, quiero decir que literalmente no podría ser más fácil de hacer. Es básicamente una salsa de pimentón ahumado que he redondeado con un poco de cebolla y ajo. Sólo se tarda 10 minutos en hacerla, ¡y el resultado final es sencillamente adictivo!

En cuanto a las patatas, sin duda recomiendo freírlas frescas. PERO. Si lo que te apetece es la salsa de bravas (y no te culparía) entonces no dudes en sustituirlas por patatas fritas caseras congeladas o patatas cortadas en dados.

¿Qué son las patatas bravas?

Las patatas bravas son un plato tradicional español que puede encontrarse en el menú de muchos bares de tapas. También conocidas como patatas a la brava o papas bravas, su nombre significa literalmente «patatas bravas». Las patatas bravas constan de dos elementos principales -patatas fritas y salsa de bravas- y a veces se sirven con un alioli de ajo por encima.

Ingredientes

Patatas – Como la base de esta receta son las patatas fritas, conviene elegir una variedad que sea buena para freír. Yo he utilizado patatas Russet, pero puedes sustituirlas por patatas Yukon Gold o blancas.

Aceite de oliva – utilizarás aceite de oliva para freír las patatas y para hacer la salsa. Yo elegí un aceite de oliva ligero que estaba etiquetado como ideal para saltear y freír.

Cebolla – Utilicé una cebolla amarilla pequeña para dar más sabor a la salsa. La cebolla amarilla es la que más se utiliza en la cocina española.

Ajo fresco – Siempre utilizo dientes de ajo frescos cuando cocino. También se puede comprar ajo picado en frasco, pero se pierde mucho sabor cuando no es fresco.

Pimentón ahumado – no confundir con el pimentón molido normal, el pimentón ahumado tiene un sabor ahumado característico que da sabor a esta salsa. Se puede encontrar en la mayoría de los supermercados… ¡puede que sólo tenga que buscar un poco!

Sal – usarás sal para las patatas y en la salsa. Yo usé kosher, pero puedes usar el tipo que prefieras.

Pimienta de Cayena – se trata de un ingrediente opcional, pero que añade el toque perfecto a la salsa.

Harina – Se necesita harina para espesar la salsa. Yo he utilizado harina común, pero se puede sustituir por cualquier tipo.

Caldo de pollo – el ingrediente final de la salsa, puede utilizar sodio normal o bajo en sodio en esta receta.

Instrucciones

Freír las patatas – Lavar y pelar las patatas, luego cortarlas en dados de 1 pulgada similares a las patatas fritas caseras. Calentar 1-2 tazas de aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio-alto. Añadir las patatas y freírlas hasta que estén doradas, dándoles la vuelta cada pocos minutos para que se cocinen uniformemente. Retirar las patatas de la sartén y colocarlas en un plato grande forrado con papel absorbente. Sazonar con sal.

Hacer la salsa – En una sartén mediana, caliente 1/3 de taza de aceite de oliva a fuego medio. Añadir la cebolla picada y el ajo picado y saltear 3-4 minutos. Añadir las especias y remover para mezclar. A continuación, añada la harina y cocine, removiendo, durante 2 minutos. Incorpore lentamente el caldo y deje que la mezcla cueza a fuego lento durante unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando.

Mezclar las patatas y la salsa – Cucharear la salsa sobre las patatas fritas al gusto. Servir con alioli de ajo.

Consejos para el éxito

  • Cortar las patatas en trozos del tamaño de un bocado – unos 2 cm o 1 pulgada
  • Asegúrese de que el aceite esté bien caliente antes de freír las patatas (a 350° F).
  • Invierta en pimentón ahumado español de alta calidad; NO utilice pimentón molido normal.
  • Deje que la salsa hierva a fuego lento durante un rato para que los sabores se mezclen y la salsa espese un poco.
  • Ajusta el nivel de picante añadiendo más o menos pimienta de cayena

Conservación y recalentamiento

Las patatas bravas sobrantes se pueden guardar en un recipiente hermético en el frigorífico. Lo ideal es guardar las patatas y la salsa por separado para que las patatas no se empapen. Sin embargo, también se pueden guardar juntas. Para recalentarlas, simplemente ponga las patatas y la salsa (por separado o juntas) en una sartén pequeña y caliéntelas a fuego medio, después rocíelas con alioli de ajo al gusto.

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