Hace casi exactamente cuatro años, mi hermano se casó con su encantadora esposa, Megan…… ¡en México! Y a pesar de que yo tenía un bebé de 9 meses y todavía estaba amamantando en ese momento, dejé a Jorden y a las niñas en casa y me fui a México por mi cuenta. ¡No me lo habría perdido! Y estoy segura de que no os sorprende que me lo pasara genial …. o que volver a casa fuera agridulce …. o que volvería sin dudarlo (con Jorden esta vez …. por supuesto)….
…Pero lo que quizá te sorprenda es lo dura que fue para mí la boda de mi hermano. No me lo esperaba y ni siquiera puedo explicarlo realmente, pero me invadió la emoción la noche en que dijo «sí, quiero». De pequeños, él y yo nos llevábamos sólo dos años, éramos los dos más jóvenes de cuatro hermanos. Durante gran parte de nuestras vidas compartimos habitación y fuimos los dos últimos en casa después de que mis hermanas se fueran a la universidad. Compartimos muchas experiencias -los dos solos- y, por alguna razón, siempre sentí un vínculo especial con él.
No me malinterpreten: la boda fue preciosa y no podría haberme alegrado más por mi hermano y Megan, pero aquella noche en la playa de México sentí que estaba perdiendo algo. Y la verdad es que sí. Pero. también estaba ganando….una cuñada, una nueva comprensión de mi hermano, una oportunidad para una nueva relación con los dos.

Ingredientes
- 1 cucharada de jarabe simple
- Mojito de piña y naranja
- 1/4 c. de zumo de piña
- soda
- 2 oz. de ron ligero
- 1 gajo de naranja (pelada)
- 4 hojas grandes de menta (arrancadas)
Instrucciones
- Cortar el gajo de naranja en tercios; ponerlo en un vaso con hojas de menta arrancadas y remover para liberar los sabores.
- Añada hielo, sirope simple, ron y zumo de piña. Remover para mezclar.
- Añadir soda.