Granola casera de arándanos, repleta de almendras fileteadas, coco tostado y arándanos deshidratados. Esta granola es dulce, crujiente y deliciosa con yogur, leche o a puñados.

Una de las muchas cosas de las que no me había dado cuenta antes de ser madre es de lo mucho que me gritaban. Mis hijos. Por todo. Por no saber dónde están los libros de la biblioteca de Ellia, por no ser capaz de hacer que el pelo de Greta quede como ella quiere, por cortar accidentalmente el sándwich de Nora por la mitad…. cuando ella no me lo había pedido….. y la lista sigue, y sinceramente, siempre hay algo.

Así que, naturalmente, ahora que Myla tiene dos años, ha decidido unirse a la diversión. Y con Myla, las quejas son casi siempre sobre comida. Tanto si quiere que le traiga algo como si quiere que le quite algo de las manos, el grito es el mismo: «¡¡¡MAMÁ!!!». Y es fuerte. Probablemente porque quiere que la oigan por encima de sus hermanas…..

El otro día, Myla vio esta granola de arándanos en la encimera. Y ese fue el principio del fin. Todo lo que oí durante lo que me pareció una eternidad fue «¡¡¡MAMÁ!!!» …. hasta que finalmente cedí y le di todo el bol. Ojalá estuviera bromeando.

Echaba puñados en el yogur, se lo comía por encima y luego echaba más. No se cansaba de comerlo. Y no puedo culparla. Porque esta granola lo tiene todo: avena tradicional, almendras fileteadas, coco tostado, arándanos deshidratados y un toque de vainilla.

¿Y sabes qué? Mientras los niños se lo coman, no pueden estar gritando. Así que tenemos eso a nuestro favor ….(¡ja!)

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