Es el día de la madre y me sentía un poco triste. Mi hija mayor está en Canadá estudiando su tercer y último año y la echo de menos.
Echo de menos nuestras charlas mañaneras antes de que se vaya corriendo al colegio, echo de menos nuestras charlas de horas, echo de menos que sea la única que pilla mis chistes, y que nos riamos tanto que se nos salten las lágrimas (y que su padre y su hermana nieguen con la cabeza porque están seguros de que esta vez nos hemos vuelto locos), echo de menos ver (bueno, verla a ella porque yo me quedaba dormida, y no, ¡no tiene nada que ver con la edad!) Vampire Diaries.
Básicamente extraño todo de ella, pero la veré pronto y no puedo esperar. Mi hija se gradúa.
Y ahora os preguntaréis qué tiene que ver esto con las conchas de pasta rellenas, pues la verdad es que un par de cosas. Como es el Día de la Madre, pensé que me vendría bien un plato que me levantara el ánimo, así que ¿qué mejor que algo delicioso y reconfortante? Además a mi hija le encanta la ricotta.
Este plato de pasta está lleno de queso ricotta. Y la pasta combinada con esta salsa para morirse me hace preguntarme, ¿qué podría ser mejor que esto? ¡Oh sí! compartirlo con mi hija, ¡pronto!
La siguiente gran pregunta es ¿qué voy a hacer cuando la hija número 2 decida que quiere dar el golpe? Ay de mí. Bueno, siempre está Ricky para hacerme compañía y la pasta. ¡Buon Appetito!