Cómo preparar un delicioso ajo asado y cómo utilizarlo en la cocina sana. Spoiler: ¡añade un montón de sabor sin un montón de calorías extra!

Si me preguntaran cuál es mi verdura favorita, probablemente diría que el brócoli o los boniatos, pero me estaría olvidando de una sencilla verdura que como casi todos los días… EL AJO. Supongo que siempre he pensado en él como una hierba/especia, pero técnicamente es una verdura, igual que las cebollas, las chalotas y el cebollino.

El ajo crudo tiene propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas. También ayuda a reforzar el sistema inmunitario. Por estas razones se ha utilizado medicinalmente para ayudar a tratar los síntomas del resfriado y la gripe durante siglos. Comer ajo crudo (picado o machacado y dejado reposar unos minutos) es lo mejor si se quieren aprovechar todos sus beneficios para la salud, pero si lo que se busca es añadir una cantidad increíble de sabor a la cena, lo mejor es comer ajo cocido.
El ajo crudo tiene un sabor acre y picante, mientras que el ajo cocido tiene un sabor más dulce y suave que añade una agradable profundidad sin ser brusco ni especialmente picante.

Asar es 100% mi forma favorita de preparar la mayoría de las verduras y el ajo no es diferente.

Los dientes asados enteros se ablandan, se calientan y se caramelizan, y salen con un sabor suave y dulce. Los dientes se pueden comer solos, utilizar para untar pan y galletas saladas o añadir a sopas, platos al horno y salteados para darles un toque de sabor. Las posibilidades son prácticamente infinitas y he descubierto que el ajo asado es una manera increíble de añadir una gran cantidad de sabor sin añadir una tonelada de calorías adicionales a un plato. Es ideal para cocinar de forma saludable.

Como suelo utilizar el ajo asado en mi cocina, quería compartir una receta rápida para mostrar lo fácil que es.

Ingredientes
- papel de aluminio
- 1 cucharadita de aceite de oliva
- 1 cabeza de ajos (pelar y desechar las hojas exteriores)
Instrucciones
- Precalentar el horno a 400°F.
- Corta el bulbo de ajo por la parte superior (aproximadamente 1/4 de pulgada hacia abajo) de modo que estés cortando un trocito de cada diente.
- Coloque papel de aluminio debajo del bulbo de ajo, rocíe 1 cucharadita de aceite de oliva por encima para cubrir todos los dientes expuestos. Envuelve el bulbo con el papel de aluminio y mételo en el horno.
- Asar durante 30-40 minutos o hasta que el ajo esté blando y dorado por encima. Retirar del horno y dejar enfriar.
- Una vez fríos, saque cada clavo de su papel. Algunos dientes saldrán enseguida y permanecerán intactos, mientras que otros estarán tan blandos que habrá que exprimirlos. Observará que a veces los dientes son más blandos que otros; esto depende del tiempo de cocción, el tamaño del bulbo, la variedad y la edad del ajo. Puedes experimentar con distintos tipos de ajo y el tiempo de asado para encontrar tu variedad favorita y el tiempo de cocción que mejor funciona.
- Utiliza el ajo asado inmediatamente o guárdalo para más tarde. Durará unas 2 semanas en el frigorífico o 3 meses en el congelador.