Antes de ser madre de 3 hijos, y antes de vivir en mi casa del limonero, y antes de empezar a bloguear…. tenía otra vida como ministra universitaria en un instituto católico sólo para chicas. Dirigía retiros, proyectos de servicio, servicios de oración, reflexiones, actividades de concienciación sobre la justicia social y programas de extensión comunitaria para 600 chicas de secundaria …. ¡y me encantaba! Puse mi corazón y mi alma en mi trabajo y sentí tal sentido de propósito que, durante mucho tiempo, sentí que valía totalmente la pena.
Y entonces mis hijos empezaron a hacerse mayores …. y empecé a sentir la atracción de sus necesidades …. y poco a poco, con el tiempo, poner mi corazón y mi alma (por no hablar de mis noches y fines de semana) en mi trabajo ya no merecía tanto la pena. Y así, cuando estaba embarazada de nuestro tercer hijo, tomé la decisión de dejar mi trabajo y quedarme en casa.
Para mí, la decisión no fue nada fácil: …. y me sorprendió la frecuencia con la que seguía pensando en mi trabajo. Durante días, semanas, meses y ahora años (¡!) soñaba con ello (una locura, lo sé…) y en mis sueños siempre me preguntaba si había cometido un error al dejarlo. Seamos claros: ¡no cometí ningún error al marcharme! Apenas existía la opción de marcharse. Pero eso no quita el hecho de que 6 años de mi vida los pasé allí, o el hecho de que mi trabajo se había convertido más o menos en mi identidad, o el hecho de que echaba de menos CREATING…… que es lo que al final me llevó a bloguear… así que supongo que al final las cosas sí que salen bien 🙂 .
Pero todos los años por estas fechas sigo pensando en el Retiro de Freshman, una de las cosas más importantes que hicimos en todo el año, una gran parte de mi atención desde principios de octubre hasta finales de enero. En realidad hubo dos retiros, que tuvieron lugar en dos noches consecutivas, lo que significa que desde el miércoles por la mañana hasta el viernes por la noche viví y respiré el Retiro de Freshman. ¿La única ventaja? Pude dormir en casa (en lugar de hacerlo en el centro de retiros, como en la mayoría de los casos).
Paquetes de desayuno con tarta de queso y cerezas – una tarta de queso decadente
Nunca olvidaré la primera vez que llegué a casa tras la despedida de un retiro de novatos. Era un miércoles por la noche, alrededor de las 21:30… y yo estaba agotada, no sólo por un largo día, sino por una larga semana y unos meses aún más largos de planificación y preparación. Estaba deseando ponerme ropa cómoda y dormirme….., pero cuando llegué a la entrada vi que las luces estaban apagadas y que dentro había un tenue resplandor de velas. Jorden me recibió en la puerta y me llevó al salón, donde había preparado un pequeño picnic a la luz de las velas, con vino, mantas, almohadas y mi plato favorito: tarta de queso con cerezas.
Nos sentamos juntos y disfrutamos de nuestro picnic y hablamos de cómo había ido el día y la noche …. y en ese momento sentí tanto amor y apoyo que todo mi cansancio y preocupación se desvanecieron. Fue el final perfecto para un día muy largo.
Tengo que admitir que, a partir de ese momento, cada vez que volvía a casa me preguntaba (esperaba) si Jorden tendría un picnic esperándome. Desafortunadamente, solo fue un trato de una vez…. Pero de alguna manera, desde entonces, siempre he asociado la tarta de queso y cerezas con el amor. Lo que me lleva a hoy. Me he levantado esta mañana y quería compartir un poco de amor con mis dulces hijos …. y como una tarta de queso para desayunar sería demasiado (incluso para mí), he decidido hacer esto (¡lo siguiente mejor!) Panecillos Crescent, queso crema y relleno de tarta de cerezas. Yummmmmmmmmmm.
Ni que decir tiene que mis hijos estaban entusiasmados con su capricho para el desayuno (¡cualquier cosa con azúcar glas es un éxito seguro!) y yo estaba emocionada por poder mostrarles un poco de amor extra a primera hora de la mañana 🙂 .

Ingredientes
- 4 oz. Queso crema Philadelphia
- 1 paquete de Pillsbury Crescent Rolls
- azúcar en polvo
- 1 lata de relleno de tarta de cerezas
Instrucciones
- Rellene cada rollo de media luna con 1/2 onza de queso crema y 2 cucharadas de relleno de tarta de cerezas.
- Hornear a 375 durante 12-15 minutos (hasta que se doren).
- Espolvoréalos con azúcar glas y compártelos con tus seres queridos.
- (Para que quede aún más delicioso, añádale relleno de tarta de cerezas).